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…And Let There Be Justice

Wed 15 Dec, 2021 | Noticias by

PRESS RELEASE (PRENSA)
VEREDICTO DE $2.96M

A las 6:30 de la tarde, el viernes 10 de diciembre, 2021 un jurado del Condado de Miami- Dade retornó un veredicto de $2,960,109.85 dólares, en contra de Barbara Montford MD, uróloga de Miami, quien causó, negligentemente, la muerte injusta de su paciente de 71 años, Raúl Barbero.

El caso fue traído por la viuda del señor Barbero, María Santana. El señor Barbero fue sometido a lo que se supuso ser una cirugía rutinaria de remover la próstata. En su lugar, el cirujano falló, negligentemente, en controlar la hemorragia durante la cirugía y permitió al señor Barbero perder 4 litros de sangre durante la intervención. La hemorragia catastrófica causó lesiones  multiorgánicas y finalmente, la muerte del señor Barbero, después de 13 días en el hospital en la unidad de cuidado intensivo.

El señor Barbero y su esposa vinieron a Estados Unidos desde Cuba en el año 2013, para vivir con sus familiares en Miami. Señor Barbero vio a la Doctora Montford en el año 2015, por consejo y tratamiento del cáncer en su próstata, después de recibir un grado alto de PSA en un exámen de sangre rutinario. Una biopsia de la próstata reveló el grado Gleason 6. La uróloga demandada testificó que ella recomendó numerosas opciones de tratamientos, incluyendo cirugía, ambas abierta tradicional y robótica, observación, terapia de radiación, crioterapia y terapia hormonal, pero el señor Barbero eligió someterse a una cirugía abierta tradicional para remover su próstata. En particular, la uróloga demandada realizaba la cirugía abierta tradicional, solamente, ella no hacía cirugía robótica, prefiriendo su lugar, en lugar de referir los pacientes a los doctores, que las realizaban.

El jurado escuchó la evidencia que el señor Barbero tenía varias condiciones médicas, incluyendo presión sanguínea elevada, condición cardíaca requiriendo el uso de anticoagulantes y COPD. De acuerdo, a un urólogo experto retenido por la señora Santana, estas condiciones médicas hacían al señor Barbero un mal candidato para la cirugía abierta tradicional, donde se esperaba una hemorragia excesiva. Más tarde, él testificó que considerando el grado Gleason 6, seguido por la biopsia de próstata y sin evidencia de metástasis, deberían haber sido consideradas otras opciones de tratamientos menos invasivos. El experto notó que las opciones más seguras para el señor Barbero incluían continuar la observación y terapia de radiación, pero que, si el señor Barbero había insistido, absolutamente, en cirugía, una cirugía robótica debería haber sido recomendada a favor de una intervención abierta tradicional.

El 1º de Marzo de 2016, una vez en la sala de operaciones, la demandada testificó que ella se encontró con una “explosión” de hemorragia en la zona de la cirugía. Sin embargo, la demandada falló en documentar la cantidad estimada de pérdida de sangre en sus notas quirúrgicas.  Ella dijo que la hemorragia fue controlada y el señor Barbero fue estabilizado. En el juicio, ella dijo que ella confiaba en el anestesiólogo para mantener seguimiento de la hemorragia y les difirió para instituir el reemplazo de sangre. El anestesiólogo y la enfermera anestesióloga testificaron que el señor Barbero perdió 4 litros de sangre, una cantidad de sangre la cual fue descripta como “masiva” y “catastrófica.”

El urólogo experto de la señora Santana testificó que la uróloga demandada perdió control de la hemorragia causando al señor Barbero llegar a un estado anémico severo y entrando en shock. Un patólogo que realizó la autopsia privada del señor Barbero testificó que él murió de una hemorragia entra-operativa masiva y fallo orgánico, con un daño severo en el hígado, riñones y pulmones. El patólogo experto estuvo de acuerdo con la patología del hospital que sólo había cáncer en un 5% de la próstata, la cual fue removida durante la cirugía.

El patólogo experto criticó el certificado de defunción presentado por la uróloga demandada, quien declaró que el señor Barbero falleció de causas naturales, nombrando insuficiencia cardíaca y respiratoria, sin mencionar, absolutamente, la cirugía y menos la hemorragia durante la cirugía resultando en una insuficiencia orgánica, la cual le causó la muerte.

En su defensa, el urólogo testificó que era labor del anestesiólogo mantener seguimiento y control de la hemorragia y ofreció testimonio de expertos que el equipo ICU, quien trató de resucitar al señor Barbero después de la cirugía no lo hizo, apropiadamente. También, ella testificó que no era familiar con el protocolo hospitalario de transfusión masiva, el cual si es activado, habría proveído unidades adicionales de  sangre y plaquetas, dentro de los 15 minutos, en el evento de una hemorragia masiva. El jurado rechazó los intentos de la demandada de culpar a otros, encontrando que su negligencia fue, ciertamente, la causa legal de la lesión y muerte del señor Barbero.

Se le pidió al jurado evaluar la pérdida de María Santana de la compañía y protección de su esposo, dolor y sufrimiento, como resultado de su lesión y muerte, afirmando los daños pasados de $960,109.85 dólares y futuros daños de $2,000,000.00 dólares.

María Santana había ofrecido resolver su demanda contra la uróloga demandada por el límite de su póliza de seguro de $250,000.00 dólares. De hecho, la señora Santana sirvió una propuesta para un acuerdo el 29 de Octubre, 2018. En particular, la demandada estaba asegurada por una póliza de “consentimiento” por mala práctica con la Compañía de Seguro Norcal. Esta póliza contenía una provisión que requería el “consentimiento” del médico asegurado antes de cualquier ofrecimiento o liquidación de una reclamación podría ser hecha. Evidentemente, la demandada nunca consintió hacer una oferta para llegar a un acuerdo en el caso del señor Barbero, eligiendo en su lugar, estar expuesta ella misma y su práctica a un juicio el cual excederá  $3 millones de dólares una vez que se evalúen  los costos judiciales y los honorarios de los abogados.

Este caso fue fijado, originalmente, para ir a juicio antes de la pandemia, pospuesto hasta 1º de Noviembre de 2021, pero luego re-establecido a comenzar el 6 de diciembre, 2021 en el Corte de Justicia Principal en el Centro de Miami, lo cual coincidió con su reapertura después de las inspecciones estructurales traídas como consecuencia del colapso del condominio Surfside.

La señora Santana fue representada por Mariano García, Edward Ricci, Juan Díaz y Boris Zhadanovskiy de Searcy Denney Scarola Barnhart & Shipley, P.A.

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